sábado, 19 de noviembre de 2016

Qué par de pájaros los dos

Roberto Terán Vega (Incendio)  y José María Nougués estuvieron presenciando la edición 30  del Veco Villegas.

Roberto Terán Vega (a la izquierda) y José María Nougués (parado)


Advertencia: Puede parecerte o no parecerte esta forma en la que te presento esta vivencia y está bien puede dolerte los ojos y no me hago responsable. Si te interesa leer, pues adelante. Sino, ahí en el margen superior derecho tenés la equis en rojo.


Tuve la suerte de presenciar este tradicional torneo donde Tucumán Rugby es el anfitrión desde hace 30 ediciones. Así es, estoy hablando del Veco Villegas. Me tocó participar en una radio, haciendo comentarios o salidas al aire informando los resultados y los próximos cruces. Estaba ubicado entre medio de la cancha 1 y la 2, entre la pileta y la cantina del club en un lugar de lujo, donde hay unos escalones y un estilo de plataforma un poco por encima del nivel del suelo. Los que conocen las instalaciones del predio ubicado en Salas y Valdez sabrán reconocer de qué les hablo. Pero bueno, aquí lo importante no soy yo, ni lo que hacía, sino los hombres que salen en la foto de arriba.
Primero llegó Roberto Terán Vega, para decir verdad llegó antes que mí. Se encontraba allí sentado minutos antes del partido entre Tucumán Rugby contra Santa Fe Rugby Club que comenzaría  a las 16 horas.
Con un poco de vergüenza, típica de la timidez que poseo le pregunté:
-          ¿Qué hace aquí solito? ¿No se aburre?
Me respondió entre risas sin dudarlo con la voz rasposa que lo caracteriza y tocándose su gorra repleta de pines:
-          Para nada, estoy tranquilo viendo un poco de rugby, sin molestar a nadie. Además este es mi lugar, te va a costar sacarme de aquí jajaja.


Luego seguimos charlando por un rato. Mientras tanto para ponerlos en contexto Atlético del Rosario venció 35 a 20 a Universitario de Tucumán. Podría decir que entré en confianza con él por unos momentos. Mientras hablábamos mucha gente se acercó a saludarlo. Aquí me di cuenta que no estaba solo y que fue una boludez lo que le pregunté. Unos se acercaron reconociéndolo como un símbolo del club, muchos otros bromeándole y la gran mayoría eran familiares que se acercaban, también para bromear.

Pasaron los minutos, pasó el partido que Roberto quería ver y el conjunto verdinegro fue derrotado por Santa Fe 13 a 5.
Mientras tanto “Incendio” me comentaba: “Son buenos ellos, ya está, quedamos afuera”. Me encargué de recordarle que el formato del torneo M-19 había cambiado y que de igual manera el equipo por el cual él hacía fuerzas estaba en las semifinales de la copa de Oro por la buena actuación en el día anterior ganándole 27 a 7 a Gimnasia y Tiro de Salta y 27 a 21 a Tala RC.

La programación de la competencia seguía, mientras los Tordos derrotaba sin problemas al “Albo” salteño se escuchó una voz detrás de nosotros. “¿Cómo salieron?”. Yo me di la vuelta y no lo registraba a este señor grande de edad. Ahora reflexiono mi falta de experiencia y falta de conocimientos.

“Incendio” se reía y me dijo: “Ahí está, si querés una nota ahí lo tenés al hombre más viejo en actividad del club”.

Era José María Nougués, que sonrió y me contó quien era. Mientras tanto lo único que yo podía brindarle en esos momentos era contarle cómo habían salido los partidos. No sé en qué momento apareció una silla y tomó asiento al lado de Terán Vega.


Se juntaron los dos y comenzaron a hablar de cuestiones de su club. Pasaba el tiempo y ya no les interesaba los partidos que tenían al frente. Los recuerdos se notaban en los ojos y en cada seña que ellos hacían, y que obviamente solo ellos entendían. Comenzaron a recordar también los años que jugaron juntos antes que José tuvo su lesión en la rodilla.

José María dijo con mucho humor: “Se decía que mi compañero era un neozelandés infiltrado jajaja”. Uno jugaba de wing, el otro de 8. Por la contextura física que tienen hoy en día puedo imaginarme cual era cual.

Se acercaba un nuevo encuentro, estos de 20 minutos cada tiempo por las nuevas disposiciones UAR. Y era justamente la semifinal de Oro entre Tucumán Rugby y Atlético del Rosario. El anfitrión y el equipo que había ganado todo lo que se le puso en frente. Los dos muchachos no dudaron, pidieron una cerveza para disfrutar de mejor manera el encuentro. Llegó la moza y a la hora de pagar se miraron. Y en una picardía salió esto: “El más grande siempre paga”, dijo Roberto. José María asintió con la cabeza, sacó un billete y abonó.


Lo único que pudo agregar fue: “Es verdad, el más grande paga, pero estoy haciendo los trámites para acelerarlo a este, nos llevamos un año”. José María Nougués es del año 35 (81 años) y Roberto nació el 13 de mayo de 1936 (80 años clavados). En fin, siguieron con lo suyo, Tucumán Rugby perdió 20 a 13, no podrá dar el tradicional piletazo, pero a ellos poco le importó, se divirtieron un rato, recordaron momentos, tomaron una birra (me convidaron), y les aseguró que nada cambió para ellos. Es un gran ejemplo que la vida sigue siempre sin importar lo que sucede y que hay amistades que duran mucho tiempo.
Si leíste esto hasta el final te preguntarás: ¿Tiene importancia lo que escribiste? Ni yo tengo respuesta, creo que no, creo. Pero si tengo algo para decir es :”Qué par de pájaros los dos”.













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